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sábado, 18 de abril de 2015

El juicio contra Oscar Wilde "La amoralidad del arte" y transgresión del debido proceso

"Si ser distinto es un crimen, yo mismo me colocaré las cadenas" Oscar Wilde



26 de abril de 1895, Juzgado de Old Bailey, Londres, Inglaterra, comparece Oscar Fingal O´Flahertie Wills Wilde, profesión poeta, escritor y dramaturgo, casado con Constance Loyd, dos hijos, nacionalidad irlandesa.

Los hechos:

Verano de 1891, Wilde conoce en una fiesta al joven poeta de 22 años Lord Alfred Douglas, hijo de John Sholto Douglas, marqués de Queensberry un importante miembro de la nobleza inglesa. Douglas fascinado por la figura de Wilde, que en ese entonces es la mayor figura literaria del momento, y a su vez Wilde por la inteligencia de su amigo, comienzan una amistad de gran afecto mutuo que incluía cenas, reuniones literarias e intercambio de correspondencia, fue precisamente por este hecho se supo de la amistad entre Douglas y el escritor. El joven Douglas que aun era un estudiante en la Universidad de Oxford regaló un abrigo a uno de sus amigos Alfred Wood, en uno de los bolsillos de este se encontraba una carta de Oscar Wilde dirigida a Bosie, nombre cariñoso con el que el poeta llamaba a Douglas, en esta carta Wilde le escribe varios sonetos a su amigo. Wood quiso extorsionar a Wilde con hacer publica la carta y la supuesta relación homosexual que existía entre Douglas y él. A lo Wilde rechazó de forma tajante.

El marqués de Queensberry, padre de Bosie, al enterarse de la relación sospecha de la homosexualidad de Wilde y amenaza a Bosie con desheredarlo. El marqués muy enfadado le escribe una carta a Wilde exigiéndole que se aleje de su hijo para siempre, además la carta tenía como titulo: "Para Oscar Wilde, el sodomita" fue este hecho el que hizo que Oscar Wilde denunciara al marqués por calumnias y a su vez este contrademanda a Wilde bajo los cargos de sodomía y grave indecencia.

Una ley de 1885, tipificaba como delito de "flagrante indecencia" cualquier forma de actividad sexual entre personas del mismo sexo, la cual estuvo en vigencia en Inglaterra hasta 1967. 

Comienza la audiencia:

El marqués de Queensberry, sentado en el estrado, lleva ropa de color azul, sombrero en la mano, frente al banquillo de los acusados, Oscar Wilde viste un elegante abrigo con una flor en el ojal de la solapa. Habla con su abogado Sir Edward Clark, mientras en otra habitación del edificio, un grupo de jóvenes testigos falsos reunidos por Queensberry ríen y fuman.

Clarke, pronuncia el alegato inicial de la acusación. Leyendo una de las cartas de Wilde a Douglas que sugería la existencia de una relación homosexual. Clarke dice que la carta "Puede parecer extravagante a aquellos habituados a leer correspondencia comercial, pero debe recordarse que mi cliente, el señor Wilde, es un poeta y que la carta debe ser leída como la expresión de un verdadero sentimiento poético y sin ninguna relación con las odiosas y repulsivas insinuaciones puestas en la acusación de este caso".

Después de la declaración del testigo Sidney Wright, es el turno de Wilde para ser interrogado por el abogado del marqués de Queensberry Edward Carson. Desde el comienzo este tiene una actitud hostil hacia Wilde quien trata de defenderse con el argumento de que las cartas hacia Bosie no tienen connotación homosexual, sino de sentimientos de afecto hacia un amigo.


Carson, cambia de estrategia y comienza con preguntas y lectura de párrafos de "El retrato de Dorian Gray" y "Frases y filosofía para uso de la juventud"  tratando de poner en evidencia que la obra literaria de Wilde está cargada de connotaciones homosexuales. Frente a esto Wilde se defiende con el argumento de "La amoralidad del arte".

Realizando un análisis del proceso, se observa la evidente transgresión a los principios generales del derecho, base fundamental de cualquier sistema jurídico, tales como, la Presunción de inocencia, que establece que toda persona se presume inocente hasta que se demuestre lo contrario, la presión de la prensa y la opinión pública llevaron al tribunal a prejuzgar de antemano la culpabilidad de Wilde.

Asimismo no existió prueba alguna contra Wilde que acreditara una relación homosexual con Bosie, vulnerando asi el principio de "Actore non probante, reus absolvitur", que establece que si el actor no prueba los hechos, el reo es absuelto y el principio "In dubio pro reo" traducido como ante la duda se debe estar a favor del reo.

Por regla general en materia probatoria, deben probarse los hechos positivos, es decir, aquellos que ocurren efectivamente. La parte acusadora utilizó la llamada "Prueba diabólica" algo totalmente contrario a derecho en que el acusado debe probar un hecho negativo y del cual no se tiene certeza que este ha ocurrido, por ejemplo, probar que la vida extraterrestre no existe. Oscar Wilde debió probar que sus cartas no tenían connotacion afectiva homosexual. 

Otro principio vulnerado fue el de "Cogitationes poenam nemo patitur", que se traduce como "nadie puede ser penado por sus pensamientos. Según esto, pensar en realizar un delito no es sancionado, mientras que la comisión de un ilícito sí lo es. Además es la parte acusadora la que piensa que las cartas de Wilde a Bosie tienen connotación homosexual, para Wilde son una manifestación artística.

El juez en este juicio tampoco tomó en consideración el "Beneficio de la duda", bajo el cual solo se podrá condenar a una persona si se puede probar más allá de toda duda razonable, quien cometió el delito.


Esto sumado a  los prejuicios creados contra Wilde por la sociedad victoriana, bien influida por la prensa, las corrompidas declaraciones de los testigos aportados por Queensberry, y la injusticia con que fue tratado por los magistrados, indicaba que no obtendría una sentencia favorable.

En una de las mayores farsas jurídicas de todos los tiempos, Wilde fue condenado a dos años de trabajos forzados. Esta sentencia, que buscaba ser ejemplarizadora tuvo mucha repercusión y propició un recrudecimiento de la intolerancia sexual no sólo en Gran Bretaña, sino también en toda Europa

Wilde cumple su condena en la prision de Reading coal, quedando en libertad en mayo de 1897. Abandonado por su esposa, quien le prohibe acercarse a sus hijos. Decide emigrar a París, arruinado moral y económicamente fallece el 30 de noviembre de 1900 a causa de una meningitis.