No pretendamos que las cosas cambien, si
siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a
las personas y países, porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de
la angustia como el día de la noche oscura. Es de la crisis que nacen la
inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la
crisis se supera a si mismo sin quedar superado. Quien atribuye la crisis a sus
fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más los problemas que
las soluciones.
La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El
inconveniente de las personas y los paises es la pereza para encontrar las
salidas y soluciones. Sin la crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es
una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde
aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar
de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En
vez de esto, trabajemos nuestro talento y nuestras habilidades para encontrar
soluciones, acabemos de una sola vez con la única crisis amenazadora, que es la
tragedia de no querer luchar por superarla.
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